Uno de los problemas más comunes y que mayor frustración crea a los propietarios de perros es no ser capaces de enseñarles dónde hacer sus necesidades (y luego que no respondan a la llamada, que tiren de la correa, se muestren agresivos con los niños, etc.), máxime si el comportamiento persiste cuando el animal ya tiene más de un año. Otra vez el problema es la comunicación: nos cuesta hacerles comprender el mensaje, transmitirles lo que deseamos de ellos.